viernes, 2 de abril de 2021

Viernes Santo y Vera-Cruz

 


 

Viernes Santo y Vera-Cruz. Vera-Cruz y Viernes Santo. Dos términos, dos sentimientos, dos pasiones que suenan en mi corazón como redobles de tambores saeteros. Esta es mi Semana Santa. Más bien, mi santo día. 

 

Reconozco que nunca he sido un fanático del mundo cofrade en general. No sé si será porque Viernes Santo y Vera-Cruz llenan todos los huecos habitables de mi fe y mi religión. Ahí no cabe nadie más, con todos mis respetos a tantas y tantas imágenes devotas. 

 

Este Viernes Santo es muy diferente a todos los demás. Totalmente diferente. ¿Cómo no va a ser diferente, faltando tú, la Loli, la Palilla, la que desde que empieza a amanecer el Viernes Santo está junto a su Cristo y su Virgen hasta que se cierra en la madrugá, sin despegarse de ellos? Mi madre, madre veracrucista, madre de Viernes Santo y madre de sangre verde y blanca. 

 

Hoy es tu día, mamá, tu chico, tu Sánchez, tu familia, todos los que te han conocido y el que aquí te escribe lo sabemos. Tu día más señalado en el año. Y porque hoy es tu día mando el beso más grande al cielo a la voz de ¡a esta es! y con una levantá que no es una levantá cualquiera. Es una levantá de Viernes Santo y Vera-Cruz, como las que te gustan a ti. 

 

Va por ti, mamá.

 


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