Esta página de agradecimientos
está dedicada especialmente a la gran figura del escritor estadounidense Howard
Phillips Lovecraft. Maestro indiscutible de la literatura de terror y ciencia
ficción, siempre ha sido uno de los autores que más he admirado y leído junto a
Poe y Stephen King. Recuerdo fascinado los primeros relatos que leí suyos y que
me hicieron descubrir al fantástico soñador de Providence: Dagon, Los gatos de Ulthar, Herbert West Reanimador, La música de Erich
Zann, El viejo terrible, El templo,…
Sus Mitos de Cthulhu y su Necronomicón han sido los pilares fundamentales
que me han servido para construir Cruell.
Inspirándome en ellos para crear un universo paralelo al original de
Lovecraft y rendirle así mi particular, respetuoso y merecido tributo.
Gracias por esa
espectacular portada a Marien F. Sabariego, una de las más grandes ilustradoras
que hay actualmente en España en cuanto a literatura indie. Un buen ejemplo de
su maravilloso trabajo lo tenéis aquí, en Cruell.
Felicidades, mi paisana jiennense, es todo un orgullo para mí haber podido
compartir proyecto con una artistaza como tú.
Gracias a la música que
siempre suele estar presente en todos mis libros y que tanto me motiva a la
hora de escribir. Esta vez le ha tocado el turno a tres genios que hoy día me
siguen dando un gustazo poder escuchar: Bobby Darin, Paul Simon y Art
Garfunkel.
Gracias, cómo no, a toda
esa gente que me apoya y que me dan su aliento: mi mujer e inmejorable
compañera de alegrías y de batallas, mi familia, amigos, compañeros escritores
y de Vitalia Rinconada, grupos y páginas de libros internautas, medios de
comunicación (recuerdo especial para José Antonio Pérez Recuero, de Brenes TV),
Ferias del Libro y por supuestísimo a todos esos lectores que me siguen y me
leen desde España y desde todos los rincones del mundo. Gracias a todos por lo
mucho que me dais y que hacéis posible que no pierda la ilusión y las ganas por
seguir escribiendo nuevas historias.
Aprovecho estas líneas para
dar también las GRACIAS (en grande) a todos los que luchan, de una manera u
otra, por aplacar a un virus que desde 2020 está haciendo muchísimo daño a
muchísima gente de todo el mundo. Y en particular, gracias a todos mis
compañeros de trabajo del Centro Sociosanitario Vitalia Rinconada. Por lo mucho
que hemos luchado juntos por nuestros mayores y por los que seguimos luchando,
cuidando y mimando en tiempos de pandemia.
Ya lo reflejo al
principio de este libro y quiero reflejarlo también al final: esta novela está dedicada
a mi madre. Que tu eterna sonrisa y tu alegría no se apaguen nunca y sigan
brillando allá donde estés, bien acompañada junto con papá, con la abuela
Rosario, con la tata Carmen, la tita Mercedes, con nuestra Kety, o con nuestro
Cristo de la Vera-Cruz. Y que algún día yo pueda volver a ver esa inconfundible
sonrisa y sentir tu alegría de cerca. Te quiero infinito, mamá. Ahora y
siempre.
Emcharos15 de julio de 2021