En uno de los rutinarios paseos por mi pueblo, me llevé una incómoda sorpresa al comprobar que en una de las calles de un determinado barrio, en el suelo, a escasos centímetros de una casa en obras, habían esparcido un centenar de folios escritos con apuntes de a saber qué.
Para los que aún no se han enterado de qué va la historia, el papel que no nos sirve para nada no se debe arrojar al suelo, como si fuera un simple envoltorio de chicle. Es en un contenedor de color AZUL (lo pongo en mayúsculas para que se me entienda mejor) donde debe ir a parar todo ese papel inservible. Creo que no es tan difícil asimilar tal concepto, pero no sé, hay a algunos que les cuesta más de que se le meta en la cabeza. Pero para eso está un servidor, para recordarlo a todo el que no esté puesto en el tema.
El reciclaje del papel es un hecho muy beneficioso y fundamental para nuestro medioambiente, por evitar así la tala desmesurada de árboles, que a la postre tardan años y años en volver a crecer (entre 50 y 60 años para ser exactos). Como verán, es una lástima tener que cargarnos tantos bosques y tanta naturaleza, pudiéndose evitar con sólo depositar el papel desechable en ese contenedor AZUL. ¿A que es fácil? Contenedor azul = papel.
Tengo claro de que se puede hacer un mundo mejor y sano en todos los sentidos, pero para eso cada uno debemos colaborar para que ese mundo del mañana, ese mundo que les aguarda a nuestros hijos, nietos y biznietos, sea un mundo donde se pueda vivir en condiciones agradables y provechosas para nuestra salud y bienestar. Es la mente y la mano del hombre de quien depende de que exista o no ese mundo.
Por mi parte, qué queréis que os diga: prefiero respirar el aire puro y fresco de la montaña, tener la vitalidad de un verde bosque y adormecerme con el relajante ruido de hojas secas al pisar que asfixiarme en la ciudad con su contaminación, sus humos tan negros como la muerte, y sus aceras con hojas de papel blanco manchadas de tinta que nos llevan a la firma de la autodestrucción. Sin embargo, aún hay posibilidades y esperanzas de cambiar ese mundo fatal. Todo depende de ti, de ti, y también de ti.
Para los que aún no se han enterado de qué va la historia, el papel que no nos sirve para nada no se debe arrojar al suelo, como si fuera un simple envoltorio de chicle. Es en un contenedor de color AZUL (lo pongo en mayúsculas para que se me entienda mejor) donde debe ir a parar todo ese papel inservible. Creo que no es tan difícil asimilar tal concepto, pero no sé, hay a algunos que les cuesta más de que se le meta en la cabeza. Pero para eso está un servidor, para recordarlo a todo el que no esté puesto en el tema.
El reciclaje del papel es un hecho muy beneficioso y fundamental para nuestro medioambiente, por evitar así la tala desmesurada de árboles, que a la postre tardan años y años en volver a crecer (entre 50 y 60 años para ser exactos). Como verán, es una lástima tener que cargarnos tantos bosques y tanta naturaleza, pudiéndose evitar con sólo depositar el papel desechable en ese contenedor AZUL. ¿A que es fácil? Contenedor azul = papel.
Tengo claro de que se puede hacer un mundo mejor y sano en todos los sentidos, pero para eso cada uno debemos colaborar para que ese mundo del mañana, ese mundo que les aguarda a nuestros hijos, nietos y biznietos, sea un mundo donde se pueda vivir en condiciones agradables y provechosas para nuestra salud y bienestar. Es la mente y la mano del hombre de quien depende de que exista o no ese mundo.
Por mi parte, qué queréis que os diga: prefiero respirar el aire puro y fresco de la montaña, tener la vitalidad de un verde bosque y adormecerme con el relajante ruido de hojas secas al pisar que asfixiarme en la ciudad con su contaminación, sus humos tan negros como la muerte, y sus aceras con hojas de papel blanco manchadas de tinta que nos llevan a la firma de la autodestrucción. Sin embargo, aún hay posibilidades y esperanzas de cambiar ese mundo fatal. Todo depende de ti, de ti, y también de ti.
1 comentario:
Quiero decir que si es posible y ya para hacerlo bien del todo, tampoco tiren al suelo ese envoltorio de chicle...
Buen recordatorio :)
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