
Eran las últimas palabras de la escritora inglesa Virginia Woolf antes de suicidarse en la película que nos cuenta retales de su vida: Las horas. Esas palabras iban dedicadas a su marido Leonard, y también van dirigidas a cada uno de nosotros.
Situarse cara a cara con la vida, como en un duelo al sol en el salvaje Oeste, y desenfundar rápido del corazón la mirada más esperanzadora y la mejor de las sonrisas… siempre.
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