viernes, 17 de abril de 2009

Lo último leído: El cuento número trece

El misterio prende al lector en cada capítulo de esta novela.
Este puede ser un titular ideal para describir la historia que nos cuenta la autora inglesa Diane Setterfield en lo que es su primer trabajo literario publicado. Un libro que como bien argumentan de él, “nos devuelve el amor por la lectura”. Porque deshacerte de la novela cuando ya la has empezado a leer cuesta.
El argumento nos habla de la joven Margaret Lea, una experta en libros antiguos, a la que le encargan un comprometido e importante trabajo: escribir la biografía de Vida Winter, la escritora más leída y admirada en la Gran Bretaña. Una biografía que siempre ha estado llena de misterios, dudas y mentiras, y que la propia autora desea aclarar a Margaret antes de su cercana e irrevocable muerte.
El relato de la señorita Winter nos traslada muchos años atrás al pequeño pueblo de Angelfield. A la casa de Angelfield. A la familia Angelfield. A partir de aquí, varios personajes enigmáticos y muchas incógnitas asaltarán al ensimismado lector. Preguntas sin respuestas que se resolverán en un sorprendente final donde conoceremos los secretos que encierran el cuento número trece y la misteriosa vida de su creadora, Vida Winter.
La novela de Setterfield tiene una gran influencia de un clásico literario como es Jane Eyre, de la también escritora inglesa Charlotte Brontë. De hecho, la trama de esta historia tiene mucha relación con el oscuro pasado de la señorita Winter. Y hasta aquí puedo decir. Pero el que haya (o la que haya) leído ambas novelas, encontrará cierta similitud entre una y otra. Se puede decir que Diane Setterfield se inspiró en Jane Eyre y en algún que otro resquicio de la vida de las hermanas Brontë para construir su “cuento número trece”. Y vaya si le salió bien la construcción.

A favor: Historia llena de misterios y muy bien entrelazada que te engancha de principio a fin. Me uno al mensaje que anuncia “The Spectator”: este libro nos devuelve el amor por la lectura.
En contra: Es una opinión personal, pero pienso que a Diane Setterfield se le va la mano algunas veces con las descripciones. Demasiado recargadas, detalladas e incluso poéticas que pueden estar fuera de contexto para una novela de misterio.
La frase: “Érase una vez una casa habitada por fantasmas…”

No hay comentarios: