He aquí la ópera prima de
una de las grandes escritoras del género policíaco y de intriga, la
estadounidense Patricia Highsmith. Se trata de su novela Extraños en un tren, publicada en 1950 y con la que obtuvo un gran
reconocimiento literario. Tal éxito cosechó, que al año siguiente fue llevada
al cine de la mano del gran maestro del suspense Alfred Hitchcock. Adaptación
que, como suele ocurrir en muchísimas películas, tiene sus variantes con la
novela, sobre todo con el final.
La pregunta que nos lanza esta inquietante historia es la
siguiente: ¿es posible cometer el crimen perfecto? Uno de los personajes
protagonistas del libro, Bruno, así lo cree y así se lo hace saber a Guy, un
afamado arquitecto al que conoce por casualidad en un tren. Bruno siente
enseguida un gran aprecio por él (se podría decir que se enamora locamente de
Guy) y le confiesa las ganas enormes que tiene de poder asesinar a su padre,
que le hace la vida imposible. Guy saca a relucir la mala relación que tiene
con su mujer Miriam, que le fue infiel varias veces y de la que tiene pensado
divorciarse. Es entonces cuando Bruno expone su elaborado plan sobre el crimen
perfecto: cada uno de ellos matará al enemigo del otro, proporcionándole a
ambos una coartada indestructible y librándose de esas dos personas sin que
nadie sospeche nada.
Guy ve aquel plan como una locura y desecha esa idea por
completo. Sin embargo, Bruno sí decide llevarlo a cabo, y semanas después de
conocer a Guy, asesina a Miriam, estrangulándola. Bruno ha cumplido su parte
del plan. Ahora es Guy quien debe cumplir con su parte, matando al padre de
Bruno. Bruno le acosará día y noche para que cometa el asesinato si no quiere
verse envuelto en el crimen de su esposa. Finalmente, Guy accede muy a su pesar
y con tal de que Bruno le deje en paz, y mata a su objetivo de un disparo.
Pero en vez de dejarle en paz, a Guy ese terrible asesinato
empieza a torturarle por dentro. El pensar que su familia pueda descubrir algo
al respecto, que su nueva novia y prometida, Anne, termine dejándolo si se
entera de lo que hizo, el que su acto criminal le arruine en su apreciado trabajo,
el que la policía pueda presentarse de un momento a otro para detenerle,… y la
continua presencia en su vida de Bruno harán que los cimientos de ese crimen
perfecto comiencen a tambalearse.
A favor: Serán
precisamente esos tambaleos del crimen perfecto lo que nos enganchará en la
lectura de esta novela hasta el final. ¿Descubrirán el asesinato de Bruno? ¿El
asesinato de Guy? ¿Mantendrán a salvo el secreto? ¿Se delatarán el uno al otro?
La intriga está asegurada hasta la última página.
En
contra: Creo que tanto
Miriam como el padre de Bruno deberían haber hecho más méritos para “merecerse”
que los mataran, ya que en la novela es algo que no se llega a contemplar del
todo.
La
frase: “Cualquier
persona es capaz de asesinar. Es puramente cuestión de circunstancias, sin que
tenga absolutamente nada que ver con el temperamento. La gente llega hasta un
límite determinado… y sólo hace falta algo que les empuje a dar el salto.”
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