jueves, 26 de agosto de 2010

Miradas

¿Nos hemos parado alguna vez durante un paseo, mientras caminamos para dirigirnos a algún sitio, o mientras estamos sentados en el umbral de una casa, ha mirar a la gente de nuestro entorno? ¿Ha mirarla a los ojos? ¿Ha mirarla a la mirada? ¿Mirar su interior, directamente, sin cortes?
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De esta reflexión hablé hace poco con una amiga con la que comparto pensamientos e inquietudes. Del significado de las miradas. Yo no soy mucho de mirar a la gente por la calle. Soy más de mirada perdida en el asfalto que piso. Hace tres meses, en Sevilla, yendo a la Feria del Libro situada en Plaza Nueva, me puse a experimentar y a mirar a las personas con las que me iba cruzando durante la mañana.

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Todo comenzó en el autobús que me llevaba de mi pueblo a la capital hispalense. La mirada preocupada de una mujer mayor; mirada de hospital, de males. Poco después, me topo con las miradas traviesas de dos chicas. Me miran y sonríen. Me miran y sonríen. Miradas alegres, y uno, dicho sea de paso, también se alegra la vista con ellas.

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Al bajarme del autobús y ponerme en marcha hasta el centro, un batallón de miradas me invaden por completo mi campo visual. Un hombre enchaquetado mira nervioso su reloj, sufriendo como si el tiempo se le acabara. Una mujer de mediana edad, con aires de dependienta, expresa una mirada sorpresiva, sin salir de su asombro por el espectáculo que está presenciando.

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La mirada de mala leche de un señor calvo me hace pensar que su peluca tiene ya los días contados encima de su cabeza. Una rubia despampanante alardea de una mirada egocéntrica, queriendo ser centro de atención más que la mismísima Campana. Otro hombre con uniforme de basurero tiene la mirada cansada por recoger día tras día la misma mierda. Y la mirada felina de una prostituta de la Alameda ansía arañarme toda mi espalda.

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Ya en la Plaza Nueva, entre las casetas de la Feria del Libro, la mirada ilusionante de un niño se disfraza de súper guerrero de bolas de dragón. A su vez, la mirada extasiada de una adolescente queda marcada por la claridad de un crepúsculo. Un señor mayor ejecuta una mirada horrorizada ante los crímenes de guerras. Mientras, la que parece ser su esposa, desprende una mirada apetitosa que sabe al mejor manjar de libro de cocina.

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Miradas de incertidumbre, de si lloverá o no; miradas de rabia, que gritan a su alcalde por una mejora en sus condiciones de trabajo; miradas de amor, de pupilas con forma de corazón; miradas tristes, bañadas por ríos que desembocan en las mejillas; miradas con clemencia, que ruegan limosnas que no les van a sacar de una mirada pobre; miradas de añoranza, la de un viejo terrier que recuerda al cabrón del dueño que le abandonó.

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Miradas perversas, miradas inteligentes, miradas tiernas, miradas inexplicables,… Así es el mundo de las miradas. Así es el mundo ocular de cada persona. Un mundo dominado por una mirada que nos puede mandar a callar o a estallar de júbilo; que nos puede ajusticiar o que nos puede hacer libres; que pueden sernos sinceras y falsas. Ruego por ti, amigo o amiga, para que sean siempre con buenos ojos los que guíen tu mundo.


6 comentarios:

lourdes dijo...

Tuve la suerte un día de encontrar a alguien con una mirada preciosa del cual llevo miles sin saber y al que echo de menos lo que él no se puede imaginar, esta persona me hizo sonreír de nuevo y ver eso tan lindo que tiene en sus mirada, tu ya sabes... tkm. besos príncipe y sigue así me encanta leerte.

Emcharos dijo...

Muchas gracias por tus palabras, amiga Lourdes. Aunque ya no hablemos tanto como antes, espero que la felicidad haya vuelto a sonreírte con esa preciosa media luna que tú tienes. Nunca la dejes de lado.

Besos y cuídate.

Vivian Carvajal dijo...

me encantó
=)

Emcharos dijo...

Muchas gracias Elena por tu visita y comentario en este blog, que también es tu blog. Sé siempre bienvenida.

Un saludo.

NaiaRa dijo...

Hay que saber mirar....hay que saber "ver"....
"Lo esencial es invisible a los ojos"....
A mí me encanta inventarme vidas cuando observo a la gente....;-)

Perdón por la intrusión, me ha encantado leerte.....

Anónimo dijo...

Elisa LisBeth
Me encanto este pedacito d ti y de tu vivencia. Algo tan fundamental como mirar con el espejo del alma, mirar con los ojos guiados desde el corazon. :) un beso siempre enorme