Si para mí el
mejor discurso político en el cine lo dio Charles Chaplin en El gran dictador (véase en el artículo
de mi blog “El gran político”), con el mejor mensaje navideño me tengo que
quedar obligatoriamente (y que me perdone el Rey de España) con el de Bill
Murray en la película Los fantasmas
atacan al jefe (1988). Inspirada en la célebre novela Cuento de Navidad de Charles Dickens, la escena final de dicha película
no sólo representa el mensaje más significativo de estas fiestas venideras,
sino que va mucho más allá: representa cómo debería ser nuestro día a día,
nuestra vida, con nosotros mismos y con los demás, y no sólo en Navidad, sino
durante todo el año. Gran mensaje y gran ejemplo a seguir en los difíciles
tiempos que corren.
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