Un sabor agridulce
me ha dejado el leer esta novela que apuntaba muy buenas maneras. Ya de entrada
tenía un gran aval: ser la novela ganadora en 2003 del Premio Bram Stoker, el
premio literario más prestigioso dentro del mundo del terror. Otro dato
importante a tener en cuenta era que su autor, el estadounidense Tom
Piccirilli, es uno de los escritores del género del miedo que más repercusión
ha tenido en los últimos años.
Pero por
desgracia mi primer libro leído de este autor no me ha satisfecho del todo. A
pesar del Premio Bram Stoker y de ser una historia de Tom Piccirilli, Clase nocturna no ha cumplido con mis
expectativas. Es más, hasta me sorprende que le dieran ese importantísimo
premio, porque a mi parecer no la veo como una novela que sea de interés
mundial. Es un libro de terror más, yo diría que del montón, sin que tenga que
ser piropeado por los lectores, simplemente porque no hay mucho donde piropear.
Clase nocturna me ha parecido una historia extraña, paranoica,
confusa por momentos y carente de buenos sustos para ser una novela de terror
(¡y encima ganadora del Premio Stoker!). Tiene un buen comienzo con la primera
parte, en donde su personaje protagonista, el joven universitario Caleb
Prentiss, descubre que en su dormitorio del campus han asesinado a una chica,
mientras él se encontraba de vacaciones navideñas. Caleb se dispone a averiguar
quién era esa chica, quién la mató y por qué nadie de la universidad le ha
contado nada de lo sucedido. Hasta ahí muy bien.
Es en la segunda
parte cuando la novela empieza a ponerse muy extraña y paranoica, todo gracias
al joven Caleb: sus manos sangran cuando alguien muere (sin saberse el motivo
de esos estigmas), los fantasmas de su hermana muerta y de la chica asesinada
no dejan de acosarle y torturarle, su relación con otros personajes que no
tienen ni pies ni cabeza en la trama, otros personajes que hablan en sueños sobre
el crimen que se cometió, infidelidades absurdas e incluso surrealistas,
muertes sin sentido alguno, sexo gratuito que no viene a cuento,… Todo ello
para terminar con un final chantajista, pobre e impreciso que dejan al lector
con cara de tonto. Moraleja: no todas las historias premiadas por un jurado son
también premiadas por el público. El mejor ejemplo lo tenéis aquí.
A favor: Lo mejor de la novela es su prometedora primera
parte, es donde más interés despertará al lector. Un crimen cometido y sin
resolver, un asesino suelto, el secretismo que hay sobre ello en el lugar del
asesinato,… Incógnitas que dan pie a no dejar de leer.
En contra: Lástima que la segunda parte del libro no acompañe en
interés a la primera parte. Es en esa segunda parte cuando la historia flaquea
y va cayendo poco a poco cuesta abajo hasta
llegar a un final decepcionante.
La frase: “Era también el escenario perfecto para una película
de terror. Se ve una chica corriendo por la espesura, con una teta fuera y en
pantalones cortos a pesar de que es invierno, mirando atrás y gritando. Entonces
se precipita de cabeza contra la mano extendida del asesino que empuña el
machete. Hará lo mismo en la siguiente película y la siguiente, con la única
diferencia de que en cada una de ellas tendrá las tetas más grandes. Por un
segundo te preguntas por qué no ha aprendido y entonces recuerdas que la pagan
por hacer eso.”
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