martes, 28 de mayo de 2013

“Harry Potter”, el mago más perseguido por todos


 
 
No es oro todo lo que reluce en la magia literaria de Harry Potter, el gran éxito mundial de la autora inglesa J. K. Rowling. Y es que no sólo ha sido una saga perseguida por millones de lectores y de fans incondicionales, sino que también ha sido a la vez duramente acosada por la religión. ¿El principal motivo? Que el famoso aprendiz de mago podría inducir con sus textos al ocultismo, la brujería o incluso el satanismo.  
 
De hecho, en países tan diversos como Estados Unidos, Emiratos Árabes, Grecia o Bulgaria, varios grupos religiosos (protestantes, católicos, ortodoxos) han llevado a cabo una dura campaña para que se prohíba la venta de los libros de Harry Potter, y menos aún que se permita su lectura en colegios o institutos, para salvaguardar a los más pequeños de un contenido que les puede llevar al mal más abominable. Como repulsa a la obra maestra de Rowling, estos mismos grupos han realizado en plena calle hogueras con ejemplares de Harry Potter, argumentando que como con todo acto brujeril, lo más correcto es que esas páginas terminen siendo presa del fuego de la condena. Algo inaudito que suceda esto en pleno siglo XXI, aunque ya sabemos que la actual Iglesia se estancó en siglos atrás con muchas ideas y pensamientos.
 
A pesar de que se sigan produciendo esas prohibiciones y hogueras religiosas, no han mermado la fama que, para bien, siempre se le ha sido reconocida a Harry Potter, sobre todo por incitar a la lectura a muchísimos niños y mayores que nunca les ha gustado leer o que no habían cogido un libro en su vida. Niños y mayores que, después de leerse la saga al completo, ninguno le ha dado por meterse a bruja y realizar conjuros mágicos o a hacer pactos con el Diablo para conseguir la juventud eterna. Digo esto para que esos grupos “antipotter” se puedan quedar tranquilos y las hogueras las dejen mejor para la Noche de San Juan. Y sin libros de por medio.
 
 

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