Esto es
algo que les pasa sí o sí a todos los escritores del mundo mundial. El escritor
en cuestión acaba de leer una novela fascinante sobre las aventuras del Rey
Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. Le ha gustado tanto el libro, ha
disfrutado tanto con él, que ya tiene pensado cuál será su próxima novela o
relato a escribir: una aventura que tendrá como protagonistas al mismísimo Rey
Arturo y a los caballeros de la mesa redonda.
Otro
escritor en cuestión está viendo en el sofá, junto a su novia, una película
aterradora sobre una familia de vampiros que siembra el terror en el pueblo
norteamericano de Missoula. La novia está deseando que el escritor le meta mano
de una vez por todas, pero el escritor en cuestión sólo tiene ojos para la
familia vampira y sus inocentes víctimas. Tan absorbido está por la historia,
que ya tiene pensado cuál será su próxima novela o relato a escribir: una terrorífica
narración sobre unos poderosos vampiros a temer por un acongojado pueblo (pueblo
norteamericano, claro está).
Vamos con
otro ejemplo de escritores en cuestión. A esta escritora le encanta escuchar la
nueva canción de Pablo Alborán. Y la escucha sin parar con sus auriculares en
su casa, en la calle, en el tren, en el bus, en la cama, en una reunión con amigos
(ni puto caso que les hace a los amigos)… Es una canción que desprende tanto
amor, tanta ternura, tanto sentimiento,… que la escritora en cuestión lo tiene
más que claro: ¡¡su próximo trabajo literario va a ser una novela romántica!!
¡¡Y el personaje y apuesto protagonista se llamará Pablo, y su bella y amada
mujer se llamará Alborana!!
No sé qué
nos pasa a la gran mayoría de escritores que todo lo que acabamos de leer, ver
o escuchar, y que nos ha encandilado, ya enseguida queremos hacer nosotros algo
igual. Algo igual no: ¡algo que incluso lo supere! ¿Que nos han molado las
aventuras del Rey Arturo? Pues nosotros a los caballeros de la mesa redonda les
sumamos además los caballeros de la mesa cuadrada y de la mesa rectangular,
para que la aventura sea mayor. ¿Que nos gustó la familia vampira de la peli?
Pues en nuestro escrito, hacemos que nuestros vampiros chupen toda la sangre
del pueblo norteamericano, de un pueblo filipino y de un pueblo de Bangladesh,
para que se harten más. Somos así, y por mucho que queramos evitar pensar en esa
idea, no podemos. El poder de la atracción lectora, cinematográfica o musical
es superior a nuestras fuerzas. Siendo consciente de todo esto, lo que nunca terminaré
de comprender es cómo puñetas existen tan pocos escritores de literatura porno.
Inexplicable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario