El próximo sábado, 9 de octubre, este humilde escritor que acaba de publicar su sexto libro en la Editorial Bubok cumplirá la cifra de 29 años. 9 de octubre, sí, la misma fecha en que nació John Lennon, uno de mis músicos predilectos. Para mayor regocijo de un servidor, mi cumpleaños siempre hasta ahora ha coincidido con la Feria de mi pueblo, que como ya muchos de vosotros sabréis, es Brenes, cerquita de Sevilla. Todos los visitantes de Emcharos 2002 estáis invitados a la fiesta y si por casualidad me reconocéis, no dudéis en saludarme. Yo seguramente no os veré porque soy muy miope. Y en Feria más todavía.
29 años dan para mucho. Vaya que si dan… Nací en un parto complicado, quizás algo significativo a que sería una persona complicada. O rara, como me dice más de un familiar. Por mi parte, nunca he entendido de rarezas, nunca he sabido diferenciar cuándo una persona es rara y cuándo no lo es. Yo creo que todos somos más raros de lo que nos imaginamos, aunque hay quien lo disimula muy bien.
Entre rarezas y soledad empecé a escribir de niño, con el sueño ya en mi mente de querer ser escritor a toda costa. Esa ha sido mi mayor prioridad, lo que he buscado y sigo buscando en esta vida. Luchar por un sueño, por una ilusión, por aquello que más me llene de fuerza, vitalidad y que me haga gritar excitado y a pleno pulmón desde lo alto de una montaña.
He probado manjares que me han sabido deliciosos: finalista en un certamen literario, ser publicado en la revista de mi adorado Stephen King, el recital de poesía en Écija, casi 1900 descargas de mis libros en Bubok,… También he recibido duros revés, como las cartas negativas de editoriales, o ciertas críticas a mis trabajos que no han sido muy benévolas. Y aquí sigo, sin detenerme en mi camino, en el camino en el cual nací y el que seguramente moriré.
¿La vida en general? Pues como a todos, con sus sonrisas y sus lágrimas: la enfermedad de mi padre, la muerte de mi queridísima abuela, las inolvidables noches en compañía de los mejores amigos, viajar y conocer nuevos lugares y nueva gente, el amor y el desamor, un coma etílico que estuvo cerca de mandarme tres barrios más pa ya, celebraciones por mi equipo de fútbol, la emoción de un Viernes Santo vestido de nazareno de la Vera-Cruz, libros, canciones y películas imposibles de olvidar,… y otros hechos y vivencias de las que ya me olvidé por mi mala cabeza.
Festejaré mis 29 años en la Feria de mi pueblo, entre amigos y rebujitos, disfrutando del presente, disfrutando de la familia, de mi trabajo como escritor, de hacer lo que siempre quise hacer en esta vida. ¿El futuro? Ni sé qué me deparará ni lo quiero saber. El futuro es un papel mojado que sólo sirve para engañarnos y para hacernos creer lo que nunca pasará. Así que haz como yo: cuando quieras pensar en el futuro, piensa en el presente. Porque ese es tu futuro más inmediato, y de ahí dependerá lo que te ocurra en los próximos minutos. Quizás sea algo maravilloso. Un momento fascinante, que sería una lástima desperdiciar por tener la cabeza en otro sitio. Carpe Diem, colegas.
1 comentario:
Felicidades.
Hoy podemos decir que conocemos un poquito más de ti.
Un abrazo.
Mián Ros
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