miércoles, 5 de noviembre de 2014

“¡Taxi!”: un viaje que no es nada seguro

 
 
 
 
El relato número 13 de La noche se acerca (o doce más uno para los supersticiosos) se convierte en un viaje en taxi que no será nada cómodo ni agradable sobre todo para su ocupante protagonista. Y es que con relatos como ¡Taxi! a uno le entrarán ganas de ir a cualquier sitio en bus, en metro o en bici en vez de tener que coger un taxi (y que me perdonen los taxistas). Pero a veces, el ocupar un habitáculo tan reducido como el de un coche, sentado al lado de una persona que desconoces y que no para de darte conversación de la que no tienes ni idea y que ni te importa puede abrumar hasta al más tranquilo de los mortales:
 
“Un agente de seguros sube a un taxi rumbo a la estación de trenes que le lleve a Madrid. En su interior, mantendrá una profunda y tensa conversación con el taxista, que está pasando por unos momentos complicados tras su divorcio. El amor y el desamor serán los temas que marquen una charla que con el correr del taxímetro se irá complicando cada vez más.”

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