martes, 29 de mayo de 2012

Blanca necesita nuestra ayuda


“Soy Blanca, tengo dos años y vivo en Brenes. Tengo leucemia. Para curarme necesito un trasplante de médula ósea. Es difícil encontrar una persona cuya médula sea compatible conmigo (sólo una de cada 90.000) y por eso necesito que mucha, mucha gente se haga donante. Hoy en día, si quieres hacerte donante, basta tan sólo con una extracción de sangre. Necesito tu ayuda. ¿Lo harías por mí? Muchas gracias.

      Para hacerte donante de médula ósea puedes ir al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla de 9:00 de la mañana a 20:00 de la tarde. Teléfono de información del hospital: 955 00 99 00. Para más información: 

jueves, 24 de mayo de 2012

Lo último leído: Imágenes malditas


            Segunda novela que llega a mis manos del escritor inglés Ramsey Campbell, muy reconocido en el género de terror sobre todo por sus relatos cortos y por la gran adaptación al cine que Jaume Balagueró hizo de su libro La secta sin nombre. Mi última obra leída es Imágenes malditas, publicada en 1989, obra que, a mi gusto, no creo que sea de las más destacables dentro de la extensa biblioteca de Campbell. Hace ya años que leí Cartas malditas, del mismo autor, de la que guardo un mejor recuerdo que de esta nueva novela “maldita”; y ya más reciente tengo la lectura de su relato Cortes de tela, incluido en la antología de varios autores Horror 3, antología de la que prefiero no acordarme.


            El personaje principal que lleva los hilos de la historia prácticamente ella solita es Sandy Allan, una joven montadora de cine y televisión que tiene la obligación de limpiar el nombre de su compañero de trabajo y amigo Graham, el cual aseguraba haber encontrado una película “inexistente” de los años 30 protagonizada por Boris Karloff y Bela Lugosi, titulada La torre del miedo. La misma noche que Sandy tenía previsto verla junto a Graham, este fallece en extrañas circunstancias y la película desaparece misteriosamente. Es a partir de aquí cuando comenzará la incesante búsqueda por parte de Sandy de alguna copia existente de dicha película, manteniendo continuas entrevistas con personas que formaron en su día parte del equipo de rodaje.


           Lo que desconoce la montadora es que a raíz de su búsqueda, un poder maléfico despertará su ira contra todos aquellos que guarden relación con La torre del miedo. Unas fuerzas poderosas están detrás de la película, todo por salvaguardar un secreto escondido en las imágenes de esa cinta que podría desvelar al mundo un antiguo y sangriento ritual que se produce en el pueblo de Redfield cada cincuenta años. Precisamente en el año en que se desarrolla la historia es cuando toca que esas fuerzas se agrupen para realizar un nuevo ritual… eso si Sandy no descubre antes ese secreto y lo impide.


            A favor: Novela con más elementos de misterio que de terror que para los cinéfilos amantes del miedo como yo les atraerá por su argumento y por esas leyendas negras que han tenido ciertas películas del género como El exorcista o La semilla del Diablo.
            En contra: El trabajo de investigación que realiza Sandy sobre La torre del miedo es prácticamente desde el principio hasta casi el final del libro, sin poca más variedad en la historia que entrevistas y más entrevistas a personajes, y que siendo calificada como novela de terror, su contenido terrorífico es con cuentagotas, muy escaso.
            La frase: “Estábamos hablando de ese hombre de la televisión, el que se cayó del tejado. Decía que si no quería acabar así, quizá no debiera haberse empeñado en hacer revivir películas de terror.”

martes, 22 de mayo de 2012

No llueve eternamente



El titular de este artículo podría servir para animar y dar esperanzas a tanta y tanta gente que en estos tiempos de crisis lo está pasando fatal. Y también esa frase esperanzadora se hizo célebre en una lluviosa escena de la película El cuervo (1994), protagonizada por el hijo de Bruce Lee, Brandon, que murió “accidentalmente” de un disparo durante el rodaje de esa misma película. Recordando a Brandon Lee y a El cuervo comienzo en Emcharos 2002 a destacar esas escenas de cine con las que siempre he tenido una atracción especial.


viernes, 18 de mayo de 2012

Encuesta: El terror literario en España, ¿un género chico o grande?



             Me van a perdonar mis lectores si con la siguiente afirmación se me ve el plumero en cuanto a mi opinión en esta encuesta, pero pienso que el género de terror en la literatura española ha estado siempre infravalorado. No por los lectores, que son muchísimos a los que les encanta leer historias de miedo, pero sí por las grandes editoriales del país. Pocas, por no decir casi ninguna, se atreven a publicarle a un autor español una novela de terror. Porque para esas editoriales, lo que vende es la novela histórica, la novela social, o la novela de misterio e intriga, quedando así desterrados, además del terror, otros géneros como la fantasía o la ciencia ficción.


            Verdad es que ya han nacido muchas otras editoriales más humildes que están especializadas en esos géneros olvidados por las editoriales más importantes, pero en lo que respecta al terror, ¿pensáis que tiene el sitio que se merece en la literatura actual en España? ¿O debe estar a la altura de la novela histórica? ¿Deberían apostar las grandes editoriales por las historias de terror, como sucede en Estados Unidos? ¿O realmente es un género inferior a otros que sí merecen tener más relevancia? Dejo la votación en vuestras manos.


            En cuanto a la última encuesta publicada en el blog, los seguidores emcharistas decidieron con mayoría de votos que los superhéroes de cómic mejor llevados al cine son los X-Men.


miércoles, 16 de mayo de 2012

La Cita del Día 16

         "Las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río. Si están allí es para que podamos llegar al otro margen, el otro margen es lo que importa." 

           José Saramago, escritor portugués. 

           

jueves, 10 de mayo de 2012

La novela “post mortem” de Dickens



               ¿Sería descabellado afirmar que Charles Dickens terminó de escribir su última novela… desde la tumba? Sí, no cabe duda de que sería descabellado pensar eso, pero aunque muchos no lo crean, eso mismo se llegó a pensar en el año 1874 cuando un obrero de nombre T. P. James entregó a una imprenta de Vermont, en Estados Unidos, el final de una novela que Dickens no pudo ver finalizada por su muerte en 1870. La obra, de género policiaco, se titulaba El misterio de Edwin Drood.


            T. P. James era un humilde y honrado obrero que residía en Brattleboro, un pequeño y tranquilo pueblo situado en el Estado de Vermont. James nunca tuvo una inclinación degustativa ni por la lectura ni por la escritura, hasta que un buen día de 1872, en vísperas de Navidad, todo cambió radicalmente. Según su testimonio, empezó a recibir unos extraños mensajes no sabía de dónde que le obligaban a escribir día y noche. Escribía largos párrafos en un estado de semitrance; párrafos que para él eran incomprensibles, pero que supo al poco tiempo después que aquel texto que estaba captando de forma milagrosa e inexplicable era la continuación de una novela. Sus sesiones de escritura finalizaron en julio de 1873. Por entonces, James había terminado de escribir el final de una novela la cual desconocía por completo.


            Un año después, el obrero entregó el manuscrito a una importante imprenta de Vermont. Ese manuscrito lo llegaron a estudiar más tarde varios críticos literarios y especialistas en Dickens. Todos estaban de acuerdo en una cosa: aquello era la continuación de El misterio de Edwin Drood, la última novela de Charles Dickens que dejó inacabada por su fallecimiento. Pero lo que más sorprendió a los críticos y especialistas es que aquel texto estaba escrito en la misma línea de pensamiento, de estilo e incluso con las mismas faltas de ortografía que caracterizó al gran escritor inglés en vida.


            Por supuesto, en aquellos años (incluso ahora) era casi imposible que un caso de escritura automática dictada desde el “más allá” se tomara en serio, por muy veraz que pareciera el resultado. El misterio de Edwin Drood llegó a ser publicada tal y como Dickens la dejó antes de su muerte. La continuación de la novela que James había escrito nunca fue agregada al original, siendo tachado como un fraude. Eso sí, a raíz de lo sucedido hubo algún que otro crítico literario que se atrevió a manifestar con total seriedad que El misterio de Edwin Drood se había convertido en El misterio de Charles Dickens.


martes, 8 de mayo de 2012

“Paper Passion”, el perfume con olor a libro nuevo


¿Qué lector no se parado un momento a oler las páginas del libro nuevo que acaba de comprar? ¿Esa atractiva fragancia que tanto nos gusta sentir a los amantes de los libros? Pues a partir del mes de agosto de este mismo año el perfume a libro nuevo será también el perfume que llevará mucha gente, impregnando con ese aroma las calles de nuestro barrio o ciudad. El perfumista alemán Geza Schoen ha sido el encargado de extraer ese suculento olor libresco para poder conservarlo en sugerentes frascos, cuyo diseño ha sido elaborado por el reconocido modista Karl Lagerfeld.


El perfume se llamará “Paper Passion” (Papel pasional), y como ya he citado antes, será en agosto cuando se ponga a la venta. Su precio aún es una incógnita, aunque todo hace suponer que no valdrá lo mismo que un perfume de los chinos. A pesar de eso, su éxito parece garantizado entre la infinidad de personas que mantiene una estrecha relación con el mundo del libro. Ya se espera que en las próximas navidades se convierta en uno de los regalos que más triunfe con Papá Noel y los Reyes Magos. Que tiemblen los perfumes de Rosario Flores y Antonio Banderas.

viernes, 4 de mayo de 2012

Antonio Vega, icono de la movida madrileña



            Eran los inicios de los años 80 y desde la capital de España llegaban a oídos de todos los españoles la libertad de expresión y la nueva democracia en forma de música. Ese era el período del conocido movimiento contracultural denominado movida madrileña; un reflejo que los jóvenes daban de la modernidad del país y del derribo definitivo de barreras y prohibiciones que había ocasionado la dictadura franquista durante cuatro décadas.


            Muchos grupos musicales salieron a escena en aquella movida, grupos que marcaron una época: Alaska y los Pegamoides, Radio Futura, Loquillo y los Trogloditas, Gabinete Caligari, y un largo etcétera de la que para muchos fue la mejor etapa del pop español.


            Un grupo que es asociado directamente como uno de los principales iconos de la movida madrileña es Nacha Pop. Estaba liderado por la voz melosa y susurrante de Antonio Vega. Y fue Antonio el que escribió la canción considerada como la más emblemática de la movida y una de las mejores canciones de la historia del Pop español: Chica de ayer (Un día cualquiera no sabes qué hora es, te acuestas a mi lado sin saber por qué…).


            Tras varios años de éxitos ininterrumpidos (Atrás, Una décima de segundo, Lucha de gigantes), Nacha Pop terminó por separarse en 1988, dejando atrás una época musical gloriosa y fructífera hecha en nuestro país. En 1991, Antonio Vega iniciaba su carrera en solitario, escribiendo temas poperos del estilo de Nacha Pop y canciones más íntimas y poéticas con las cuales se consagró como uno de los grandes cantautores del momento. Una de esas canciones nos hablaba de su reconocida adicción a la heroína: Se dejaba llevar por ti (Temor, alcohol de quemar, pon tus manos a volar o en tus ojos el terror…).


            Su poesía está también presente en la mujer que más amó en su vida, y que falleció precisamente por culpa de la heroína. Para su añorada Marga estaba dedicado Ángel de Orión (Por alcanzar su amor tres mundos recorrí, el mundo de los niños, el del loco y el que acaba por venir…).


            El próximo 12 de mayo se cumplirán tres años en que Antonio Vega nos decía adiós en su ciudad natal, en Madrid, ante multitud de seguidores. Nos decía adiós en la ciudad donde nació aquella inolvidable movida en la que él tuvo un gran protagonismo; donde nacieron sus canciones y su poesía; donde nació su dulce voz y su mirada perdida. Antonio nos decía adiós, marchándose posiblemente al mejor sitio de su recreo.


miércoles, 2 de mayo de 2012

Nunca es tarde si la tiza es buena


La crisis económica aquí en España está haciendo estragos en el trabajo y los trabajadores, y a la vez, está incentivando a que muchas mujeres y hombres ya adultos retornen a lo que una vez, por diferentes motivos, tuvieron que dejar: los estudios. Una gran mayoría de analistas argumenta que en los tiempos tan difíciles que corre el mercado laboral es el momento ideal para seguir formándose en los estudios y poder aprovechar lo mejor posible esos tiempos tan difíciles.


Y en esa situación estoy yo. Tras dejar los estudios reglados en el año 2000, y después de haber estudiado Guión, hacer cursos de Redacción, Cultura Lingüística y Ortografía, cursos de FPO de Administración y Gestión de Empresas o de Ayuda a Domicilio, después de doce años en los que han pasado muchas cosas buenas y muchas cosas malas, vuelvo a la formación reglada. Vuelvo al instituto, al mismo instituto que un servidor y otros cientos de alumnos más inauguramos en mi pueblo en el año 1996. Vuelvo a una rama educativa que ya cursé el pasado año mediante ese curso de FPO de Ayuda a Domicilio, el cual me fue muy bien y del que guardo muy buenos recuerdos. A partir del próximo mes de septiembre, si Dios quiere, volveré a ser alumno, a sentirme alumno, en concreto del Ciclo Formativo de Grado Medio de Atención Sociosanitaria.


Y ese largo camino, ese camino de dejar los libros de texto de lado, de trabajar en un sitio y en otro, de realizar algún cursillo para sacarle provecho, de las cosas buenas y las cosas malas, ese mismo camino es el que está tomando ya mucha gente con la idea de que en el horizonte se vea un futuro (no muy lejano) más esperanzador. Esa es la idea, el pensar positivamente, y que en nuestro espectáculo de la vida, lo mejor esté aún por llegar. Para que nos cuenten cosas negativas ya están los telediarios y los que no son del telediario. Para toda esa negatividad, cambio de canal. O mejor dicho, apagar directamente el televisor. Ahora toca de nuevo hincar codos y lo aconsejable es que nada ni nadie nos moleste.