jueves, 22 de septiembre de 2011

Lo último leído: La calle de la cabeza perdida

Antes de empezar con la siguiente crítica, me gustaría dar un merecido aplauso a los traductores de libros que, gracias a ellos y a su apenas reconocido trabajo, nos hacen llegar historias de otros países perfectamente leíbles en nuestras respectivas lenguas. Sin ellos, yo jamás hubiera podido leer a Poe, Dickens, Kafka, Lovecraft o Stephen King, así que mi agradecimiento eterno a todos los traductores del mundo.

Hablar de traductores me da pie a hablar de Jean Ray. Jean Ray fue un escritor belga que trabajó, antes de iniciar su carrera literaria, como traductor en francés de novelas de Sir Arthur Conan Doyle y de su detective más famoso: Sherlock Holmes. Tanto traducir las aventuras de Holmes le hizo apasionarse por las novelas policiacas y creó así a su propio detective literario, llamado Harry Dickson. Ray llegó a publicar entre 1929 y 1938 un total de 178 novelas teniendo como protagonista al ingenioso detective Dickson. Uno de sus últimos casos detectivescos llegó hasta mis manos: se trata del caso de La calle de la cabeza perdida.

Todo comienza en la pequeña ciudad inglesa de Harcester, donde dos distinguidas señoras desaparecen misteriosamente una noche, sin tenerse rastro de ellas. La sirvienta de estas señoras da la voz de alarma a la policía, y dos días después, el detective Harry Dickson y su fiel ayudante Tom Wills (elemental que equivaldría al doctor Watson) llegan desde Londres a Harcester con una foto de las señoras desaparecidas. En la foto, las señoras aparecen asesinadas.

A raíz de estos crímenes, nuevas y violentas muertes azotarán la pequeña ciudad inglesa, sembrando el horror y el miedo entre sus habitantes. El culpable no es otro que un grupo de ocultistas dispuestos a vender sus almas al Diablo mediante rituales satánicos, con tal de hacerse ricos en oro y poderosos entre los mortales. Las fechorías y secretos de este grupo guiarán a Dickson y a sus investigaciones hasta una calle de mala reputación en Harcester: la calle de la cabeza perdida.

Harry Dickson irá atando cabos hasta desenmascarar a los integrantes de esa secta y poner fin a sus diabólicos planes, dando culto de esta manera a las memorables hazañas del gran maestro de detectives Sherlock Holmes.

A favor: A los numerosos seguidores de Sherlock Holmes les gustará descubrir a uno de sus mejores alumnos como detective, con una novela policiaca, de atractiva historia, que pista a pista nos conducirá hasta un desenlace sorpresa. Entretenimiento garantizado con su lectura.
En contra: Muchas similitudes entre Holmes y Dickson pueden acusar a este último de plagio del auténtico e imitado detective por excelencia de este tipo de novelas. Esa fue la desgracia del personaje creado por Jean Ray: siempre ha vivido y vivirá a la sombra del detective de Conan Doyle.
La frase: “Los escritores tienen en común con los magos de los cuentos de Las mil y una noches el hecho de que pueden viajar en alas del viento y llevar a sus lectores a donde se propongan.”


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