martes, 9 de noviembre de 2010

A la princesa del pueblo

Que Belén Esteban no deja a nadie indiferente es más que clarificador. O la tienes puesta en un altar de tu casa junto al Gran Poder o la odias a muerte hasta más no poder. El último y más provechoso juguete de la telebasura tiene todavía más cuerda que el conejo de Duracell, y son ya varios años los que lleva esta madrileña al pie del cañón, con sus programas, sus circenses peleas, sus campanadas y campanazos, y su liderazgo de audiencia, que debido al estado actual de la televisión (muy grave, sin síntomas de mejora) poco sorprende.

El hombre que se mete con todo el mundo pero que el mundo no se puede meter con él (Jorge Javier Vázquez) ha encontrado gracias a “Sálvame” y a la Esteban una mina de oro, y no la que cagó el moro precisamente, sino la que cagó la Esteban. Todo el mundo gira alrededor de Belén, todos son sus marionetas a las que hacer mover como a ella le sale del chichi. El público asistente a sus espectáculos, ya sea desde un plató o desde sus casas, clama eufórico cuando la Esteban machaca las vidas de otras personas, en una lista tan interminable como la historia de Ende: Jesulín, la Campa, el tigre de Ambiciones, su marido, la amante de su marido, el amante de la amante de su marido,… Para ese público, y que me perdone Torrente, Belén es Dios.

El hombre que se mete con todo el mundo pero que el mundo no se puede meter con él ha visto que su rutilante estrella televisiva puede llegar a ser algo más importante de lo que ya es. Algo que la haga subir aún más a los altares de la popularidad. Una líder política al estilo Obama. ¡¡¡Presidenta del Gobierno de España!!! Me lo puedo imaginar: España bajo el dominio de la Esteban, con su lema “Yo por España MA-TO” y aliada con los ministros Jorge Javier Vázquez, Karmele, Kiko Hernández, Mila Ximénez, el Golosina,… Ahora con la crisis y que el gobierno de Zapatero va a pique como el Titanic es el momento ideal para que la Esteban y compañía desembarquen en la Moncloa.

Pero pienso yo: si es considerada la princesa del pueblo... ¿por qué no instalarse en la Zarzuela antes que en la Moncloa? ¿Por qué no ser la sucesora al trono en vez de Doña Letizia?

El hombre que se mete con todo el mundo pero que el mundo no se puede meter con él ya trama la escandalosa ruptura del Príncipe Felipe y su esposa. Unas supuestas fotos de Letizia con Matías Prats, muy acaramelados los dos, causará el divorcio de la pareja, dando alcance a la corona a la única e inigualable princesa del pueblo, de la cual se enamorará locamente Felipe (por los cojones, pero bueno, todo es posible en los caminos del Señor…). Del “Sálvame” pasaremos al “Réiname” y todos serán felices y comerán en los mejores restaurantes.

Por suerte, todo lo que habéis leído en las últimas líneas forma parte de un absurdo y ridículo montaje. Perdónenme, pero es que el artículo de hoy debía de estar a la altura de toda una princesa del pueblo y de su séquito, rindiendo de esta manera mi particular homenaje al innovador invento de la telebasura y sus entresijos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece mentira como a estas alturas existan programas así y personajes tan desagradables como esta persona. Deberían hacer algo más constructivo pero ya se sabe, el que tiene una vida tan vacía no sabe más que hablar de los demás y vivir de los demás, a esto se le llama PARÁSITOS.