miércoles, 6 de mayo de 2009

LSD: Texto 2

34. INTERIOR. SALÓN PISO CELESTE. NOCHE

Celeste llega al salón. Enciende la luz de una lámpara. Se sienta cómodamente en un sofá. Se queda ahí, durante unos segundos.
De pronto, unas misteriosas manos masajean sus hombros. Celeste no se mueve. Al contrario, se recrea con esas caricias. Traga saliva y cierra los ojos, excitada. Una de las manos que la acarician se introduce por su camisón, hasta llegar a sus pechos.
En ese instante, Celeste abre los ojos. La chica se levanta rápido del sofá. Se queda mirando nerviosa a su padre, que está sólo con camisa interior y en vaqueros. Este se acerca con lentitud hasta su hija.

PADRE DE CELESTE

No pasa nada... No pasa nada... Papá está aquí.
No debes tener miedo. No a tu padre...

El padre abraza a Celeste, que está inmóvil. El hombre manosea todo el cuerpo de la chica.

PADRE DE CELESTE

Eso es... Relájate. Deja que cuide de ti...

CELESTE

¡No!

Celeste se deshace de su padre, quitándoselo de encima. Se aleja de él. Lo mira con desprecio y rabia.

CELESTE

¡Ya no soy una niña! ¡Déjame en paz!

El hombre vuelve a por ella, esta vez más furioso.

PADRE DE CELESTE

Jodida zorra...

Sujeta con fuerza por el cabello a Celeste, que se duele. Intenta deshacerse de las manos de su padre, pero no puede. Es más débil.

PADRE DE CELESTE

¡Cuando te pida una cosa, quiero que me obedezcas! ¿Te enteras? ¡Obedece a tu padre!

Tirándola del cabello, el hombre lleva a la chica hasta la cocina, sin tener compasión por ella.

35. INTERIOR. COCINA PISO CELESTE. NOCHE

Se enciende la luz de la cocina. El hombre lleva a Celeste hasta la mesa, sin soltarla del cabello. La inclina, echándola sobre la mesa.

PADRE DE CELESTE

Ahora estate quietecita... Obedéceme o será peor para ti...

Vemos el rostro aterrorizado de Celeste mientras oímos el abrir de una cremallera…

LSD
Emcharos
Editorial Bubok
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