viernes, 27 de febrero de 2009

Verdes

Ya sé que en un post anterior dije que no me consideraba un poeta, y que para San Valentín lo mejor que le podíais regalar a vuestros seres queridos era el corazón y no poemas cursis. Sin embargo, hoy me ha vuelto a poseer el “espíritu de los Lorcas y Albertis” y he escrito esta poesía con los versos que mejor me han salido del alma:

“No hace mucho que la encontré,
perdida, deambulando por su mundo,
descalza y desvestida sin lujo,
en parajes azul cielo y verde ciprés…
Verde…

Sentada junto a un árbol compañero,
que la arropaba bajo sus ramas,
escribía impresiones y sentimientos,
con tinta verde como única ama…
Verde…

Felicidad escrita en papel con finas alegrías,
tristeza resaltando en mayúsculas lágrimas,
con la acentuación de la silenciosa soledad,
su matiz siempre predomina en la verdad.
Verde…

¿Cómo es posible no haber dado antes con ella?
¡Qué loca cabeza la mía!
¡Yo viviendo en su mismo mundo,
y sin saber qué cerca la tenía!

Al contemplarla serena y tranquila,
le ofrecí mi mano que le ayudara a levantarse,
un “hola señorita, buenas tardes,
aquí un servidor viene a presentarse.”

Verdes…
Sus ojos verdes me miraron,
sus ojos verdes me sonreían,
“¿de dónde viene, caballero,
a estas horas del día?”

Tardé en hablar, sin saber qué decir.
Cuando lo hice, mi nerviosismo se vierte.
Y una sola palabra brota de mis labios:
“Verdes… Verdes…”

“Vengo buscando paz y conversación,
una persona agradable y risueña,
cargada de saberes y emoción,
alguien con quién mi corazón sueña.”

Y paseamos juntos al atardecer,
hablando de nuestras cosas,
de nuestras vidas,
hasta que el sol se fue,
escondiendo su sonrojada cara,
y dos luceros quedaron a su vez,
iluminando del mismo color,
una eterna noche clara.
Verdes… Verdes…”

Poema dedicado con todo mi cariño a una amiga muy especial, a la que quiero con todos los versos de mi alma: Dessy.

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