lunes, 22 de diciembre de 2008

Emcharos 2002 se despide hasta el próximo año

El blog literario del escritor y guionista Emcharos hará un descanso vacacional en estas fiestas navideñas. Una web que desde que viera la luz allá por abril de 2008 no ha dejado de ser actualizada semanalmente, con toda clase de textos siempre relacionados con el maravilloso mundo de las letras.
El principal autor de este blog quiere agradecer enormemente a todas las personas que alguna vez se han pasado por este rincón literario en Internet y que han colaborado con sus comentarios. En especial, a un buen amigo y hermano argentino, Dante. Gran poeta y mejor persona. Y ligón como ninguno.
Por supuesto, Emcharos 2002 volverá en 2009 con nuevas noticias, citas célebres, seguiremos sabiendo curiosidades e historias sobre libros y escritores, las travesuras de Franky Sustitos, reflexiones literarias que no dejarán a nadie indiferente, música, videos, y alguna que otra sorpresa más.
También continuaremos adentrándonos en el mundo de Emcharos y en el de sus libros, aquellos ya publicados y los que están por venir. Como pequeño adelanto, comunicar que en 2009, Emcharos espera publicar una trilogía de novelas de terror y fantasía. Se trata de uno de los proyectos más ambiciosos del autor sevillano, el cual espera compartir muy pronto con sus lectores.
Sin más, Emcharos 2002 desea de corazón a todos sus visitantes unas felices fiestas y que 2009 sea un año lleno de salud, felicidad y sueños cumplidos. Y sin crisis económica de por medio.
Hasta el año que viene, compañeros, y cuidado con las uvas.

viernes, 19 de diciembre de 2008

“Franky Sustitos”: Capítulo Especial Navidad

- La Nochebuena del pavo -


Era una costumbre que cada Nochebuena se reuniera en casa toda la familia de Franky Sustitos para cenar y esperar a las doce de la noche la llegada de la Navidad. Allí estaban sus padres, su hermano Calixto, su hermana Susy Sexy, el abuelo Zacarías y su reciente esposa la señora Petria, con un bombo de siete meses.
Como era habitual, en la mesa había pavo para comer. Lo criaban durante todo el año para que al final ¡zas!, cortarle el pescuezo y enviarlo directamente al horno por esas fechas. A Franky le daba mucha lástima del animal, y en esas navidades en concreto estaba dispuesto a salvarle la vida. O algo parecido.
Melina, la madre de Franky, y la señora Petria habían preparado la mesa: mantel, vasos, cubiertos, platos, una botella de champán, refrescos,… Pero faltaba el pavo. Melina juraba haberlo metido en el horno. Pero el pavo ya no estaba allí. No aparecía por ninguna parte.
- ¡Frankyyyyyyyyyy! -, llamó a su hijo pequeño.
Franky Sustitos se acercó a su madre, intuyendo lo que le iba a decir.
- ¿Dónde has metido el pavo? ¡Hace un rato estaba en el horno y ahora ha desaparecido! ¿Dónde está?
- Yo… Yo…
- ¡Habla!
- ¡Vale! Me daba mucha lástima cómo había quedado el pobre, y…
- ¿Y…?
- Y se lo he enviado a Papá Noel por fax para que lo resucite. ¡Es mi regalo de Navidad!
Melina, junto al resto de familiares, no podía creerse aquella historia absurda y sin sentido.
- Sabemos que has escondido el pavo por la casa -, le dijo Jacinto, su padre. - Venga campeón, si nos lo devuelves te regalaré otro televisor.
- Vamos, Franky, saca ya el pavo que tengo apetito -, insistió Calixto.
- ¡Rápido, enano, que tengo una cita muy importante! -, insistió también Susy Sexy.
En ese instante, alguien llamó al timbre. Melina fue a abrir la puerta, y tras ella, apareció Papá Noel, con su traje rojo, sus barbas blancas y sus kilos de más. De pronto, Melina se desmayó, cayendo al suelo. Zacarías y Petria se acercaron para socorrerla.
- ¡Caray, hija, parece que nunca has visto a Papá Noel! - , dijo Zacarías.
- No se ha desmayado por ver a Papá Noel…
La señora Petria le señaló con el dedo al monstruoso pavo que estaba tambaleándose como un borracho al lado de Papá Noel. Estaba sin plumas, lleno de cicatrices, con dos tornillos puestos en la cabeza y los ojos inyectados en sangre.
- Servicio Express de Papá Noel. ¿Alguien había pedido un pavo resucitado?

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Top Ten de Emcharos 2002 (2ª Parte)

5. El niño con el pijama de rayas: Ha sido el libro más vendido en España en 2007 y 2008. Y el número de ventas sigue en aumento para 2009. La emotiva historia de Bruno lo merece.










4. Elogios para el “LSD” de Emcharos: Con mi libro LSD recibí mi primera crítica de un lector que no era mi profesor, mi primo, ni mi tía. ¡Y qué crítica! Gracias de corazón Daniel por hacérmela llegar.










3. Viviendo soñando: ¿Quién dijo que los sueños, sueños son? Para mí, los sueños están para luchar por ellos e intentar hacerlos reales. Un buen ejemplo de que los sueños se pueden cumplir es el de Paquita Ferragut, quien derribó muchas barreras para convertir su sueño de escritora en realidad.





2. “La noche”, seleccionado para la I Antología de Relatos HELLinFILM: Ha sido la primera vez que un relato de Emcharos obtiene una mención especial en un certamen literario. Se merece este segundo puesto, por los años de constancia e ilusión en el autor.










1. Nacimiento y gran éxito de Bubok: Hace poco fue elegida como una de las empresas españolas más innovadoras de 2008. Es la editorial que miles de escritores estaban esperando. Una editorial con futuro que vive ya en el presente.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Top Ten de Emcharos 2002 (1ª Parte)

Me ha parecido una buena idea hacer una lista con los post más relevantes del blog en este año 2008. El clásico Top Ten, elegido entre los cien escritos que abarca hasta la fecha Emcharos 2002. Casualmente, con el “Top Ten de Emcharos 2002” llego al centenario de post publicados en este blog literario. Felicidades a mí mismo. Y a continuación, la lista:


10. Jesús de la Rosa: Se han cumplido 25 años de su trágica muerte, pero su espíritu poeta y su rock andaluz están hoy más vivos que nunca. Mi humilde homenaje a uno de los grandes compositores de la música en España.









9. Se ha escrito un crimen: Una noticia sobrecogedora sobre el escritor que buscó la inspiración literaria en la muerte. En el asesinato. No es una película de Tarantino aunque lo parezca. Sucedió de verdad, en Polonia.









8. El miedo a la hoja en blanco: Para muchos escritores, es su mayor pesadilla. A veces se nos hace un muro infranqueable. Espero que mis pequeños consejos sirvan de gran ayuda a quien la necesite. ¡Ánimo, compañeros!







7. Edgar Allan Poe: un misterio rodea su tumba cada año en el día de su nacimiento. Un ramo de rosas, media botella de coñac,… y un enigma que lleva 32 años sin esclarecerse.










6. Franky Sustitos: el “inocente” niño creado por Emcharos para un serial literario de 14 capítulos (mas 2 capítulos especiales) llenos de aventuras, desventuras, terror y carcajadas.

viernes, 12 de diciembre de 2008

“Franky Sustitos”: Capítulo 14

- La familia crece -


Tras entrar en la casa de la señora Petria, el misterioso vaquero de la voz de Clint Eastwood se despojó de sus atuendos y resultó ser ¡Franky Sustitos! Iba tan alto gracias a unas plataformas que tenía la señora Petria de cuando se disfrazaba de drag queen para el carnaval. La voz de Eastwood la había conseguido al beber un brebaje preparado también por la anciana.
Al final, el plan había salido perfecto. La señora Petria logró rescatar al abuelo Zacarías, aprovechando el descuido de Román Costillas, y Franky dejó fuera de combate al muerto viviente. Ya podía respirar tranquilo, él y su familia.
Pero aún faltaba algo. Mejor dicho, faltaban dos personas: la señora Petria y el abuelo. ¿Dónde se habían metido?
Franky los buscó en cada parte de la casa: en el salón, la cocina, el baño, incluso fue capaz de bajar al sótano. Esperaba encontrarse allí a los muertos vivientes, aunque esta vez no hubo ninguno. En el sótano no había nadie.
- ¿Dónde estarán estos dos?
Fue preguntarse eso, cuando de repente oyó un ruido en el piso de arriba. El niño subió con rapidez los escalones que le conducían a la primera planta. El ruido procedía de una habitación cerrada. Parecía como el rechinar de muelles de una cama. Franky no podía ni imaginarse lo que iba a encontrar allí cuando entreabrió la puerta para observar: ¡la señora Petria y su abuelo estaban follando!
Franky Sustitos cerró de nuevo la puerta de la habitación y salió corriendo y asustado de la casa en dirección a su hogar.
Pasaron los días, y el abuelo no volvió a aparecer por casa. Su relación con la señora Petria era más que estable: era irrompible. Se amaban con locura, como dos adolescentes, a pesar de que entre ambos sumaban la friolera de casi 200 años de edad.
Al cabo de dos meses, Franky, sus padres y sus dos hermanos se vistieron de gala para asistir al compromiso nupcial entre Zacarías y la señora Petria. La boda se celebró en Senerber por todo lo alto.
Y nueve meses después, el nuevo matrimonio tuvo su primer hijo. Una niña muy fea, feísima, a la que llamaron Catiana. Hasta el nombre de la criatura era feo.
Fue aquella una época apacible y feliz para Franky Sustitos y su aumentada familia. Pero nuevas aventuras y peligros estaban acechando a la vuelta de la esquina a nuestro pequeño protagonista.

¡Franky Sustitos termina su primera temporada, pero sus nuevas aventuras y desventuras volverán… algún día de estos!


miércoles, 10 de diciembre de 2008

LSD: Texto 1

1. EXTERIOR. HOSPITAL. NOCHE

Adrián y Kike, dos chicos de unos 20 años, sujetan con fuerza a la joven Susi, de la misma edad, presa de un ataque de locura. Susi se agita bruscamente. La llevan hacia el hospital. Otra chica, Celeste, y un chico, Simón, van delante de ellos. En el exterior del hospital no se ve a nadie más.

CELESTE Y SIMÓN

(gritando)
¡Un médico, por favor! ¡Un médico!
¡Un médico!

Susi intenta zafarse de las manos que la agarran.

SUSI

(gritando)
¡Dejadme en paz! ¡Hijos de puta!
¡Dejadme ya!

FUNDIDO A ROJO.

2. INTERIOR. SALA 1 HOSPITAL. NOCHE

En la sala de espera, Susi continúa con los mismos síntomas de locura. Adrián y Kike no la sueltan. No hay nadie más junto a los cinco jóvenes.

KIKE

(gritando a Susi)
¡Susi, qué te pasa! ¡Qué coño pasa!

ADRIÁN

(gritando a Susi)
¡Cálmate Susi! ¡No pasa nada! ¡No hay
nada de qué temer, joder! ¡Cálmate!

CELESTE

¡Estamos aquí contigo! ¡No vamos a dejarte sola!

Susi no se tranquiliza. Grita a voces. Está como poseída.
Celeste, Simón, Kike y Adrián se quedan mirándola, con espanto. Sus rostros están preocupados. Adrián tiene la mirada perdida.

ADRIÁN (OFF)

Se volvió loca. Completamente loca. No sé qué le ocurrió. Qué se le pasó por la cabeza. Al principio estaba bien, muy animada. Después... no sé qué le pudo pasar después. Sólo sé que estábamos en mi casa... en la fiesta de mi cumpleaños... Allí es donde comenzó todo...

LSD, páginas de la 5 a la 7
Emcharos
Editorial Bubok (
http://www.bubok.es/)

lunes, 8 de diciembre de 2008

Yo fui un maldito: Texto 1

Aquella noche habíamos celebrado nuestro aniversario de boda en un lujoso restaurante. Cuarenta y ocho años de matrimonio, llevados lo mejor posible, sacando pecho cuando había que sacarlo. Aguantando los palos cuando caían como agua afilada. Riendo cuando había que reír, y llorando cuando había que llorar. Ambos habíamos derramado más lágrimas que carcajadas, eso lo tenía claro.
Después de aquella íntima y especial cena, Rosario se agarró a mi brazo, como era habitual en nosotros cuando salíamos juntos a pasear o ha comprar. Recuerdo a la perfección que la gente caminaba deprisa de un lado para otro, como almas en pena que no hallaban su lugar de descanso eterno. Todo en la más absoluta normalidad. Sin embargo, tenía un mal presentimiento. Y cuando a mí me invadía esta sensación, sabía que no me defraudaría. Algo grave estaría a punto de pasar. Lo que no me esperaba es que mi esposa fuera la víctima agraciada.
El callejón estaba oscuro. La farola que debía alumbrarlo estaba destrozada por pequeños gamberros que pasaban por allí, o mendigos que dormían en su estancia. Una voz dolorida salía de él. Nos detuvimos un instante para ver de quien se trataba. Pero allí no veíamos nada. Estaba oscuro.
De repente, una sombra misteriosa se hizo mover. Yo tiré de Rosario para seguir nuestro camino a casa. Aquello no me gustaba nada. Fue cuando oí decirle ¡Onofre, dios mío! y se despegó de mi lado. Un joven que podría haber sido nuestro propio hijo (¡dios mío!) se quejaba arrodillado en el suelo de una puñalada. Y eso era algo que no podía remediar la mujer de Onofre. Estaba seguro de que si ella hubiera sido alcaldesa de Madrid, habría acabado con el hambre y la miseria en la capital. Qué digo la capital, en España y en el mundo. Era una de sus virtudes. Socorrer al necesitado. Y allí permanecía la Madre Rosario, junto al mendigo apuñalado.
Fue alzar la voz para pedir ayuda, cuando el supuesto herido se agarró con fuerza a su bolso colgado del hombro. Puso resistencia, mientras yo no tenía otra cosa mejor que hacer que quedarme pasmado mirando la escena. Aunque hubiera querido (de hecho lo quería) no había sido capaz de moverme. Como si algo dentro de mí me lo impidiera. No te molestes, abuelo. No tienes nada que hacer.

Yo fui un maldito, páginas 8 y 9
Emcharos
Editorial Bubok
(www.bubok.es)

viernes, 5 de diciembre de 2008

“Franky Sustitos”: Capítulo 13

- El muerto, el viejo y el alto -


El tiempo que Román Costillas le había dado de plazo a Franky para que le trajera el televisor se había cumplido. Según su Rolex robado, ya llevaba más de un cuarto de hora de retraso.
- Lo siento, abuelete, pero creo que vas a hacerme compañía bajo tierra.
- ¡No diga eso, por favor, que todavía soy muy joven…!
Costillas y el abuelo Zacarías se encontraban en el cementerio de Senerber, junto a la tumba del muerto viviente que le estaba haciendo la vida imposible a Franky Sustitos y a su familia.
De pronto, se oyeron unos pasos avanzar lentamente hacia la tumba de Costillas.
- ¿Eres tú, enano? -, levantó la voz el muerto viviente.
No. No podía ser él. Entre la oscuridad y las sombras de la noche se distinguía a una persona muy alta, altísima. No, no se trataba del niño.
Cuando la luz de la luna llena le iluminó de cuerpo entero, Costillas y Zacarías se quedaron viendo a un vaquero típico del Lejano Oeste. Con el sombrero de ala ancha que le ocultaba el rostro y dos pistolas, una a cada lado. El vaquero se situó a escasa distancia del anciano y su secuestrador. Al hablar, la voz que le salió de la garganta era igualita a la de Clint Eastwood.
- Vengo a por el viejo, forastero. Entrégamelo sin trampas.
- ¡Coño! ¿Clint Eastwood? ¿En persona? -, se sorprendió Costillas.
El vaquero se sacó un cigarrillo del bolsillo de su chaqueta, se lo llevó con parsimonia a los labios y lo encendió con una cerilla.
- He venido de la tele. Estaba a punto de cargarme a un par de indios mofetas, pero tuve la llamada inesperada de un crío. Me ha contratado para hacer un trabajito. Y aquí estoy.
- Pero… ¿En serio que eres el verdadero Clint Eastwood?
- Que sí, capullo. ¿Acaso no reconoces mi voz?
- Jo… der… ¡Joder, joder! ¡Yo soy tu fan número uno, Clint! ¡He visto millones de veces todas tus películas del Oeste! El bueno, el feo y el malo, Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio,… ¡Me las sé todas!
- No he venido hasta aquí para que me cuentes mis historias. Entrégame al viejo y yo te dejaré con vid… Bueno, te dejaré como estás.
- ¡Haré lo que quieras, lo que me pidas! ¡Soy tu esclavo, tu criado! ¡Tu lameculos!
- Puajjj, qué asco. No pido tanto, forastero. Sólo una cosa: deja al niño y a su familia en paz, para siempre.
- Te juro que nunca más me acercaré a ellos, ¡te lo juro! Seré un muerto viviente bueno, muy bueno. Corre, abuelete, ya eres lib…
Al mirar a su lado, Román Costillas se percató de que Zacarías había desaparecido. Ya no se encontraba en el cementerio. Después, al dirigir la vista al vaquero, también se topó con la nada. También había desaparecido. Entonces, Costillas clavó las rodillas huesudas en la hierba, se le saltaron las lágrimas y levantando los brazos al cielo con exaltación, gritó:
- ¡Gracias televisión, por este regalo! ¡Y a Clint Eastwood pongo por testigo de que jamás volveré a pasar al lado oscuro!


miércoles, 3 de diciembre de 2008

El miedo a la hoja en blanco (2ª Parte)

Te encuentras con una amiga que te tiene loquito y os vais a tomar algo a un bar. Allí coincides con una amiga de ella y con un amigo tuyo. Hablas de todo menos de tu trabajo como escritor. Las chicas se van, y tú te quedas en el bar celebrando con tu amigo el feeling que tienes con esa amiga que te tiene loquito. Y entonces se presentan más amigos. Y se habla de más cosas. Y se pide una y otra ronda más de whisky. Se canta, se ríe, se cuentan chistes malos.
Hasta que miras tu reloj. ¡Mierda! ¡Las doce de la noche! Pagas tu cuenta y sales corriendo del bar. Llegas a casa jadeando, te encierras en el estudio, enciendes el ordenador, pinchas con el ratón en Word, y… ¡Ahhhhh! ¡La hoja sigue en blanco! Quieres solucionar ya ese problema, pero llevas un pedo impresionante y lo que de verdad deseas en esos momentos es una cama y dormir como un bebé. Desde que pusiste por primera vez el ordenador hasta que lo apagas para irte a la cama, recapacitas: han pasado cuatro horas y la página está completamente en blanco. ¡Voy a tener pesadillas, joder!
Y esas pesadillas te dan miedo. Mucho miedo. Al final, intentas encontrar consuelo por otro lado: mañana será otro día mejor. El problema es que llevas repitiéndote esa misma frase un mes… y la hoja sigue permaneciendo en blanco.

Primera Moraleja: si de verdad quieres perder el miedo a la hoja en blanco, escribe. Simplemente escribe, aunque no te guste lo que estés escribiendo, pero escribe. Puede que al día siguiente lo veas de otra manera y que cambiando algunas palabras de las que ya tienes puedas mejorar el texto.
Segunda Moraleja: ni las cervecitas, ni las llamadas telefónicas, ni los paseos, ni los amigos, ni siquiera la camarera del bar que está tan buena van a escribir por ti. Así que cuando estés en ello, olvídate de todo lo demás. Como bien decía un buen profesor mío de Guión: procura que tu culo no se despegue del asiento en el que estés escribiendo. Queda dicho.


lunes, 1 de diciembre de 2008

El miedo a la hoja en blanco (1ª Parte)


Si hay un miedo que el escritor teme con arraigo, ese es sin duda el de la página en blanco.
Todo ese horror suele comenzar a la hora de ponerse manos a la obra con un trabajo. Una tarde cualquiera, enciendes tu ordenador, escuchas la melodía de Windows, abres el Word, y de pronto… ahí aparece. La temida hoja en blanco. Intentas escribir un par de frases, y de hecho las escribes, pero enseguida acabas borrándolas. No te gustan en absoluto.
Te levantas de la silla y sales de tu estudio. Puede que una cervecita fresquita te ayude con ese difícil comienzo. Vuelves al estudio, te vuelves a sentar en la silla, miras la hoja en blanco del Word y bebes medio botellín de cerveza de un trago. Parece que se te ha ocurrido algo original. Observas el teclado con atención… y te quedas pensativo por unos segundos. No. Lo que ibas a escribir no termina de agradarte. Así que no lo escribes y te bebes el último trago de la cerveza. Ha pasado un cuarto de hora desde que encendiste el ordenador.
En ese instante, te acuerdas que tenías que telefonear a un amigo. Puede que durante la charla te llegue la inspiración. Coges el móvil, marcas el número de tu amigo y esperas a que te lo coja mientras no le quitas los ojos de encima a la maldita hoja en blanco. Con tu amigo, hablas de lo bien que os lo pasasteis el pasado sábado noche, de lo buena que estaba la nueva camarera del bar y hacéis planes para el próximo fin de semana. Al terminar la conversación, te das cuenta que llevas ya media hora… y la hoja en blanco sigue teniendo el mismo color inmaculado.
¡Necesito concentrarme más!, piensas malhumorado. Cierras Word, apagas el ordenador, sales de tu estudio y te vas a la calle, a dar un paseo en plan bohemio, inmerso en tus pensamientos sobre el trabajo que aún no has empezado y dándole caladas a un Chesterfield que acabas de encender (en el caso de que fumes).

Continúa en la 2ª Parte.