viernes, 31 de octubre de 2008

“Franky Sustitos”: Capítulo Especial Halloween

- La pedida -


El señor Roncos era un hombre de unos 50 años muy antipático y gruñón. Siempre estaba de mal humor. Vivía en Senerber con una hermana de más o menos su misma edad. Ella era la única que podía aguantarlo, simplemente por el hecho de que era tan gruñona y antipática como Roncos.
En la noche de Halloween, Franky Sustitos, Súper Toño y Lalo TeQuiero tenían por costumbre salir a la calle e ir casa por casa pidiendo caramelos. Para esa noche tan especial, Franky solía disfrazarse de Frankenstein, su monstruo favorito. Toño iba de Superman y Lalo del Romeo de Shakespeare.
Cuando llegaron a la casa de los hermanos Roncos y llamaron al timbre, el señor Roncos abrió la puerta con su habitual cara de pocos amigos. Los tres niños recitaron al unísono una breve estrofa:
- ¡Caramelos me darás, o un buen susto te llevarás!
- Aquí no hay caramelos -, respondió el señor Roncos. Y cerró la puerta de un portazo.
Los tres amigos disfrazados volvieron a llamar al timbre y Roncos volvió a aparecer.
- ¡Caramelos me darás, o un buen susto te llevarás!
- ¿Estáis sordos? ¡No tengo caramelos!
Segundos más tarde después de que se cerrara la puerta, se repitió la misma escena.
- ¡Caramelos me darás, o un buen susto te llevarás!
- ¡Malditos críos! ¿Es que sois tontos de nacimiento? ¡Si he dicho que no hay caramelos es que no hay caramelos! ¿Queda claro?
El señor Roncos no hizo más que acomodarse en su sofá, cuando de nuevo se oyó el timbre.
- Ahora verán esos payasos quién soy yo… - dijo Roncos al mismo tiempo que cogía un grueso bastón.
Con el bastón en su poder, el señor Roncos abrió la puerta.
- ¡Venid aquí a que os dé vuestro mereci…! ¡Ahhhhhh!
Los tres niños habían desaparecido y en su lugar estaba ¡Román Costillas sujetando su cabeza decapitada en las manos!
- O me das ahora mismo los caramelos, o arrancaré de cuajo tu cabeza - , dijo la cabeza parlante del muerto viviente.
Rápidamente, Roncos le ofreció doce bolsas llenas de caramelos y cerró la puerta de su casa con llave, llamando aterrorizado a su hermana.
- ¡Hermana, esta noche dormiré contigo! ¡He vuelto a tener una horrible pesadilla!
Franky, Toño y Lalo gritaban de felicidad al conseguir tantísimos caramelos gracias a la ayuda inestimable de Román Costillas. Cuando los tres amigos ya se marchaban para sus respectivos hogares, el muerto viviente (que ya se había colocado la cabeza en su sitio) retuvo por el hombro a Franky Sustitos.
- ¿Qué haces? ¡Déjame marchar! ¡Eh, Toño, Lalo! ¡No iros sin mí! ¡Tenéis que darme mis caramelos! ¡Esperadme!
Súper Toño y Lalo TeQuiero no oyeron la petición de Franky y siguieron su camino tan contentos, cargados con las doce bolsas de caramelos.
- Costillas, ¿por qué me sujetas de esa manera el cuello? ¿Y esa mirada tan cruel? Y tu sonrisa no me gusta nada… ¡Me estás asustando, Costillas!
- Lo siento, pequeñajo, pero… un televisor me darás, o sin cabeza te quedarás. ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!

1 comentario:

Infiernodeldante dijo...

Decapitado, y cabeza en mano, no le fue tan mal la noche, jaj. Se hizo de 12 bolsas de caramelos, y hasta la posibilidad de un televisor... quien lo sabe? Adecuado para la fecha. Fue un gustazo leerlo. Un abrazo, hermano.