miércoles, 10 de septiembre de 2008

Septiembre, mes del libro de texto

Llegó septiembre, y con él, la vuelta de los más pequeños al colegio e instituto. A partir de ahí, se repite la misma ceremonia de todos los años: presentación de profesores, conocer a tus compañeros de clase, los temarios de las asignaturas que se van a dar durante el curso, los primeros apuntes,… y por supuesto, la larga lista de libros de texto. Libros de texto que cada año van en aumento (lo digo también por el precio): el de Lengua, Mates, Naturales, Sociales, Inglés, Francés, Tecnología, Física, Química, Música,… Hasta ya hay libros de Educación Física, y he oído por fuentes cercanas que pronto saldrá un libro de texto para el recreo. En resumen, quince libros aproximadamente por niño. Así acaba más de uno medio tarado, lógico.
Dejando aparte el recuento de libros (tampoco quiero agobiar a las pobres criaturitas antes de los exámenes) pero sin dejar de lado el tema, una de las cuestiones que ronda por la cabeza de un padre o un alumno es qué hacer después con esos libros de texto que ya no se utilizan. Hay quien los guarda de recuerdo, los más nostálgicos; otros también los guarda porque le costaron un dinero y les da pena tirarlos, los más agarraos; y están los que los tiran directamente a la basura, sin pensárselo dos veces.
¿Cuál es la mejor opción de las tres? Para mí, ninguna me vale. Pero os doy una cuarta opción a elegir: hay millones de niños en España y en países latinoamericanos que no pueden ir a la escuela por vivir en la pobreza y no tener el dinero suficiente para comprar material escolar. Niños que crecen sin una formación, inmersos en el analfabetismo absoluto, sin estudios, sin haber aprendido una profesión con la que trabajar y ganarse honradamente la vida. Por eso, para evitar que esto suceda, la mejor opción que puedes elegir es la cuarta: mandar tus libros de texto a otros niños que sí los necesitan. Niños que desean y añoran aprender de sus páginas, que están locos por resolver una multiplicación, por leer un poema de Bécquer o por saber cómo se vivía en la Prehistoria. Porque todos tenemos derecho a una buena educación y a una enseñanza digna. Y los más necesitados, los que más.

1 comentario:

PENSADORA dijo...

Hola, buenos días.

Me voy a permitir la licencia de tutearte por tu juventud y la mía.

He recibido tu comentario en mi blog, donde me pides el autor de la fotografía insertada en la entrada titulada "Jóvenes Ancianos", lamentablemente no conozco el nombre del autor, pero sí puedo darte su ubicación original en el siguiente enlace:

http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=2055

En google images aparece también como inserción en unos cuantos blogs. No parece tener copyright así que será complicado localizar el autor original.

Espero haberte servido de ayuda.

Un saludo.