viernes, 26 de septiembre de 2008

“Franky Sustitos”: Capítulo 7

- Regalo de cumpleaños anticipado -


Aún faltaban tres meses para el día de su cumpleaños (serían diez años los que cumpliría), pero el tiempo corría muy deprisa para Franky Sustitos. Tenía que pedir su regalo ya y tenerlo antes de una semana. Y sabía quién de sus padres era el más generoso con él y aceptaría su proposición sin dudarlo: su querido padre.
El lunes, cuando Franky vino del colegio, se dirigió a su padre con la esperanza de que todo saliera a las mil maravillas.
- Papá, papá, ya tengo decidido mi regalo de cumpleaños. Quiero un televisor de 42 pulgadas.
- Hijo, me parece una buena elección tu regalo, pero hasta dentro de tres meses no es tu cumpleaños. Espera un poco, ¿vale, campeón?
El martes Franky volvió a intentarlo.
- ¿Qué más da que me des el regalo antes? Así podré disfrutarlo más tiempo.
- Hijo, tendrás tiempo de sobra para disfrutar de tu televisor. Además, tres meses pasan rápidos. En cuanto menos te lo esperes, tienes encima el día de tu cumpleaños. Confía en mí.
Nuevo intento el miércoles, tras llegar del colegio.
- Papá, ¿y si me muero antes del día de mi cumpleaños y me quedo sin regalo?
- Hijo, se mueren las personas ancianas y enfermas, pero no los niños saludables y fuertes como tú. Te aseguro de que llegarás sano y salvo al día de tu cumpleaños. Confía en mí.
El jueves Franky se puso más dramático, llorando desconsoladamente a su padre.
- ¡Papá, a Toño le han regalado un televisor como el que yo quiero! ¡Y su cumpleaños no es hasta dentro de dos años!
- Hijo, nosotros no tenemos nada que ver con lo que hagan otras familias. Pero te prometo que tu televisor será mucho mejor que el de tu amiguito Toño. Dentro de tres meses comprobarás que no te he mentido.
El viernes y el sábado resultaron tan fallidos como los días anteriores. Hasta que el domingo Franky estalló. Lleno de furia, cogió un cuchillo de la cocina y se fue para su padre, amenazándole con la hoja del cuchillo colocada en el cuello.
- ¡Dame mi regalo, o te juro por el abuelo que no llegas con vida al día de mi cumpleaños! ¡Elige!
- Tranquilo, campeón. Hoy iba a decirte precisamente eso. Que mañana lunes podríamos ir a la tienda de Philip a comprar tu televisor. ¿Te parece buena la idea?
El lunes terminaba el plazo que Román Costillas había dado. Pero no le quedaba otro remedio. Tendrían que ir a primera hora de la mañana. Cuanto antes tuvieran el televisor, mejor para todos.
- Iré contigo a comprarlo por la mañana, en cuanto abra Philip. Y no te atrevas a ponerme excusas de que tengo que ir al colegio. Todavía tengo el cuchillo en tu cuello. Así que por tu salud, no protestes.

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